¿Te has visto alguna vez en un centro educativo que premie la titulitis en el currículum por encima de las (necesarias) características de un buen profesor de inglés?
Entonces has sufrido en tus carnes la máxima más crispante de la educación pública: «es lo que hay».
Y cuando «lo que hay» se personifica en un profesor de inglés más interesado en acabar el temario que en enseñarte algo del idioma anglosajón…
Apaga y vámonos. Nada que hacer, mira.
Al menos, no con el profe que te ha tocado para enseñarte inglés durante el curso.
La única opción (y más resultona, como bien sabes) es lanzarte a la caza de clases particulares. Porque ese es el mejor camino y no te hace falta que te lo digamos nosotros, los profes de inglés si no estás pensando en mudarte a un pueblo del norte de Irlanda (del Norte).
Busca un profesor de inglés particular.
"Un profesor nativo de inglés, ¿no?"
Pues depende.
Si necesitas o no un profesor nativo, lo marca tu nivel (y uso) del inglés.
Pongámonos en situación:
Imagina que vives en Leeds, Inglaterra. Pones la tele y te enteras de que acaban de matar a un miembro del Parlamento británico al sur de Essex.
«Wow», te quedas.
Acto seguido, miras por la ventana y ves a tu vecino tendiendo la ropa.
Y como tú eres de aprovechar cada ocasión para darle a la lengua inglesa, allá que sales.
Todo ready para tener la small talk del día
- YOU: «Can you believe it, Tom?
He was stabbed to death«- TOM: «Starved?»
- YOU: «Yes, with a knife»
- TOM: Oh! Stabbed! Yeah, several times. Right on the chest»
Pues que de gramática y vocabulario vas un poco así, así.
Eso, para empezar.
Y sí. Lo normal entonces es que aproveches más las clases con un profesor de inglés con el que compartes lengua materna:
- Hace tiempo, él estuvo donde tú estás ahora.
- Sabe cómo te funciona el cerebro cuando intentas traducir de español a inglés de manera automática.
- Entiende cuándo se te aturullan los false friends como sensible y sensitive.
- Y te explica en español todo lo que no entiendes en inglés.
Saber hablar inglés no es lo mismo que saber enseñar inglés
Por eso no vale cualquier profesor de inglés.
Necesitas una persona con ingredientes más allá de los estudios si no quieres tirar a la basura todas esas horas de esfuerzo que dedicas a tu no lengua materna.
Estás buscando (o deberías) un profesor que sepa enseñar y te meta entre ceja y ceja las ganas por aprender.
O, como dicen los alumnos de FAMEE, alguien «que te haga querer levantarte de la cama gritando «Morning guys!».
Y que resalte por más de una de las siguientes cualidades:
Siete cualidades que diferencian un profesor de inglés implicado de otro que sólo quiere la pela
- Empatía: Entiende tus necesidades. Y con esto, ya tienes la mitad del camino recorrido hasta lograr tus objetivos en un tiempo consecuente con tu nivel de inglés.
- Disciplina: Que no le importe pegarte un tirón de orejas de cuando en cuando. Sobre todo si eres un procrastinador nato… ¡mano dura es lo que necesitas!
- Proactividad: ¿Te acuerdas cuando te sabías los condicionales de lujo para el examen? Pues sí, del suspenso te habría librado un profesor proactivo-visionario.
- Diligencia: Las clases, al grano; las lecciones no crean dudas; nunca llega tarde… y además saca tiempo para traducir tus canciones favoritas en inglés.
- Tenacidad: Cuando la constancia no es lo tuyo, un profesor tenaz se convierte en el mejor aliado para tu plan de estudios. ¡No te dejará tirar la toalla!
- Flexibilidad: Es capaz de adaptarse a los imprevistos de tu vida. Tanto en horario de clases como en tu progreso con el inglés.
- Paciencia: La cualidad NECESARIA para respetar el proceso de aprendizaje de cada uno. Bienvenida por los alumnos y por la salud mental del profesorado.
Parece una lista ambiciosa, true? No te preocupes.
No tienes que ir con la lista tachando las cualidades de cada profe de inglés al que te plantees encomendarle tu futuro. Para ahorrarte tiempo te contamos un secreto:
Confía tu futuro a un profesor de inglés al que le guste su trabajo
El resto viene sólo.
Hasta las ganas de aprender.